Pero con él hice una excepción. Decidí creerle, le di la oportunidad de que me demostrara que me equivocaba.
Al principio todo iba bien, decía que me quería, que nunca me haría daño, que siempre iba a estar ahí...
Y solo eran eso, palabras.. no significan nada mas.
No le importó jugar con mis sentimientos, ni jugar conmigo.
Todo empezó como un cuento, sólo que esta vez, este cuento no tenía un final feliz.
Porque los chicos cambian, mienten, te pisotean el corazón.
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