viernes, 15 de marzo de 2013
Eso...
Jamás nadie causará ese maldito efecto que ha supuesto quererle. Tal vez el tiempo lo cure todo pero siempre seguirá escociendo la herida; cuando te nombren, cuando vea tus fotos, cuando veas su número y necesites hablarle ahí, sabrás que nunca se ha ido y nunca se va a ir de ti, porque, aunque no quieras admitirlo, se ha convertido algo tan importante en tu vida que, incluso, te duele, te hiere, te mata, te escuece… Es algo incomprensible que hace que tengas ganas de gritarle al mundo que te duele y que quieres que todo te deje de doler.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario